Un sueño hecho realidad

Siempre me gustó dibujar y pintar.

Supongo que cómo a muchas niñas y niños.

Entrar en una papelería  era cómo estar en el lugar ideal (ni que decir tiene que siempre que podía compraba alguna cosita, aunque luego no la usara y se quedase en un cajón.) Pinturas, lápices, y ese olor tan peculiar del papel que me volvía loca.

Hace poco leí que a esto le han puesto un nombre: “stationary fetish” le llaman (a mí me da un poco igual como lo llamen, el caso es que me pirra el papel y el material de papelería.)

¿Recordáis esas hojas de cartas con olores?  Las que tengan mi edad o me ronden seguro que saben de qué hablo. En fin, al lio, que me voy por las ramas.


Un día, rondando los 8 o 9 años, tuve un sueño.

Lo recuerdo como si fuera ayer. 

Había una puerta en el interior de mi armario (justo al lado de la cama donde en realidad yo estaba durmiendo)


Entré


y allí estaba …


Una habitación llenita de estanterías con papeles de todo tipo. Pinturas, lápices y todo tipo de material de bellas artes que se me pudiese imaginar… ¡Y era todo para mí!, ¡para dibujar y pintar lo que me dice la gana!, ¿¿te puedes imaginar?? Pues eso, que  yo estaba, como diriamos entonces, flipando en colores (nunca mejor dicho), y feliz, muy feliz.

Y aunque era sólo un sueño,  tuve claro desde bien pequeña que la creatividad y el arte era lo que realmente me gustaba y quería que mi futuro (y mi vida laboral), girase en torno a ello de alguna manera.


Sobre los 16, descubrí que había una formación que se llamaba “Diseño gráfico”  y tuve claro que eso era a lo que yo queria dedicarme. 

Tengo que decir que disfruté muchiiiiiisimo de ese camino lleno de arte y de color y la verdad es que no tardé en conseguir trabajo.


Pensaba, creía,  que la vida laboral iba a ser divertida y feliz (al fin y al cabo, había podido elegir algo para trabajar que reamente me gustaba mucho) …. Pero la verdad es que no fue así.

Me tocó trabajar en sitios que no me gustaban tanto, pasando calor o frio en naves industriales, manejando maquinaria que nada tenian que ver con el diseño (solo por el simple hecho de que necesitaban que la persona que manejase la máquina supiera manejar cierto programa informático) y dedicándome, muchas veces, a cosas que en realidad no me interesaban.

Si te soy sincera, todo esto me produjo un estado de ansiedad y agobio bastante interesante, (hasta el punto de enfermar) y tuve claro que tenía que salir de ese trabajo y buscar algo donde realmente yo me sintiera a gusto.


Y un día, en ese transcurso de cambio,  la oportunidad de tener un negocio propio se cruzó en mi camino.

Traspasaban una copistería en mi localidad.

Fui a verla y allí estaba: llenita de papeles que poder tocar, de boligrafos, lápices y rotuladores de mil colores, libretas y toooodo tipo de material  

Y fue como si de repente me trasladara a aquel sueño de niña …   Sentí magia, mucha magia, me imaginé allí, trabajando, diseñando y entonces supe que aquel lugar era lo que yo necesitaba.

Han sido más de 15 años de crecer y de aprender en el sector de las artes gráficas, de no parar de formarme y ahora si, de creación infinita.


Muchos clientes y muchas impresiones de todo tipo después de ese día en el que me lancé a la piscina de tener un local nace este proyecto: IMPREVENTO, (y aquí estás leyendo esto).

IMPREVENTO es un proyecto online que pretende dar servicio a todo ese mundo de las celebraciones dónde la papelería bonita es tan importante para muchas de nosotras, y que és tan demandado dentro de mi local.

Me consta, que no es fácil encontrar un lugar donde puedas dar vida a aquello que has creado en el ordenador (sobre todo si no eres profesional y no conoces demasiado del sector). Poder tocar los papeles, sentir su tacto y su olor tan peculiar, imprimir y que de repente tus diseños sean palpables, sean «reales» y den vida a lo que hasta hace unos momentos era algo digital, mucho mas abstracto.

 

Día a día veo esos clientes que vienen con sus trabajos a hacer pruebas de impresión, dudosos, preguntando si tengo algún papel con textura, o algo “diferente”.

La verdad es que siempre encuentran algo dentro del muestrario que les encanta y que és como se han imaginado. 

Hacemos unas pruebas de impresión y  … ¡¡surge la magia!!,  ven el resultado, y me deleitan con una enorme sonrisa.

Y por eso, Imprevento es una imprenta diferente, porque me encanta ver esas sonrisas de las que te hablaba y porque disfruto mucho con lo que hago.

Así que, si lo que necesitas es imprimir en los papeles mas bonitos, IMPREVENTO es el lugar donde harás de tu celebración un día memorable.

Estaré encantada de acompañerte en este camino.